EL MIEDO QUE ME ACOMPAÑA
¿Qué tan cruel e inhumano puede ser una persona?, a la cual
en un tiempo consideraste pareja y amigo.
Les compartiré este momento de mi vida el cual me marco de
por vida, el cual en algún momento me llevo a pensar en el suicidio. Este caso
lo comparto con la idea de que reflexionemos y nos cuestionemos antes de.
Comencemos por el año en la cual paso todo esto. A mediados
de julio del 2018 empecé a charlar con un amigo, pero de una forma más
especial, todo era bonito, el me trataba muy bien (cabe aclarar que solo tenía 13 años y que
creía en todo lo que me dijeran, creía que todo era un cuento de hadas); como vivíamos
en un pueblo entonces todo el mundo se conocía, estábamos empezando a salir
juntos, todo iba saliendo de maravilla y cada vez más enamorada de él, hasta
que un día hablando por redes sociales, siendo más específica por WhatsApp, me pidió una foto, sí una foto intima, todo
esto era un mundo nuevo para mí, porque a pesar de todo, tuve una infancia muy sana,
me dejaron ser niña, lastimosamente no me dejaron vivir la etapa prejuvenil de
una buena manera, en fin. Yo no estaba convencida de enviarle la foto, pero me
deje llevar por todo lo que me decía. “¿Acaso no me quieres?, ¿No confías en
mí?, nadie va a saber nada, tranquila que yo de una las borro” estas y muchas más
cosas me decía que me dañaron la mente, me llego el miedo de que me dejara de
hablar, de que todo lo que se había formado se acabara, de que me quedara sola,
sin saber que mejores cosas me llegarían de que aún era una niña y que no estaba
prepara para entrar al mundo cruel, y real en el cual vivimos, que mi inocencia
estaba intacta y que así se debía de a ver quedado por mucho más tiempo, porque
todo es un proceso el cual en algún momento de nuestras vidas lo vamos a experimentar
y que apresurarnos a crecer no es necesario.
Después de tanta insistiera logro convencerme,
lastimosamente caí en el juego y le envié la foto, la foto que en su tiempo fue
la perdición. Me acuerdo que se la envié un jueves en la mañana, todo muy bien,
el seguía actuando normal conmigo, amoroso, y yo no veía la gravedad de las cosas,
seguía viendo todo normal, fue fin de semana y tranquila ya que no había escuchado
nada, el lunes llegue al colegio, y mis compañeros y “amigos” están haciendo comentarios
incomodos pero yo no entendía el porqué, y tampoco le preste atención a lo que
decían hasta que estallo la bomba, aquel amigo, pareja, confidente, había
mostrado mis fotos, y no fue hasta ahí que entendí los comentarios, comentarios
que en su momento dolieron, que lastimaron y que me hicieron sentir lo peor.
Lastimosamente la gente ha tenido una venda que no los deja ver que pasa, que la
culpa siempre va hacer de la mujer y nunca del hombre, en estos tipos de
situaciones, los comentarios que mas vas a escuchar son; ¿quién la mando?, ella
se lo busco, tan perra, ¿y es que no tiene quién la cuide? ¿y los papás? Un
sinfín de comentarios que te van a llenar la cabeza de demonios, que te van hacer
encerrar en un cuadro en el cual va hacer muy complicado salir, si es que
logras salir, porque lastimosamente las emociones juegan demasiado con el cerebro
de uno, y son emociones que te matan.
Fueron tiempos duros, y no solo para mí, sino también para
mi familia, que era algo que hacía que me doliera más, que lo que paso fue un
de los motivos por la cual nos alejamos.
Aproximadamente fue todo un año así, me aleje de todos, pero
no deje de asistir a varias actividades que me ayudaban a descansar la mente, a
despejarme y olvidarme de todo, no quise tener acompañamiento psicológico ya
que no quería extender más el problema, lo quería afrontar sola y ver que, si
era capaz de superar eso, era capaz de superar muchas cosas más que se que a lo
largo de la vida me espera.
Con el chico pudieron pasar muchas cosas, muchas cosas las
cuales yo no permití que sucedieran ya que el rencor nunca va hacer bueno, y
por más odio que tengamos debemos perdonar, perdonar es lo único que nos queda
para sentir paz.
No quise extender más esto, ya que es algo personal, pero
que aún así lo quería compartir con ustedes, de que nos diéramos cuenta de muchas
cosas, de que no nos apresuremos a crecer, de que disfrutemos cada paso y
proceso por cual la vida nos va a llevar. Aun lo estoy trabajando porque no es un tema fácil
de olvidar, yes un tema que me da miedo hablar, y que mejor manera de soltar si
no es escribiendo lo que sentimos.




